22 de febrero de 2009

Tirándonos en trineo

Hoy hemos ido a la casa de los abuelitos y con gran alegría hemos visto que la cuesta de su calle se había convertido en una perfecta pista de trineos. Todo estaba en perfectas condiciones para lanzarse en trineo: brillaba el sol, no hacía mucho frío, la nieve estaba dura y resbaladiza pero no helada... Para aprovecharlo, sacamos el viejo trineo de mamá y nos lanzamos unas cuantas veces. Yo todavía no puedo ir sola, pero me tiré con mamá, con el abuelo o con la abuela (papá estaba un poco malo y prefirió no tirarse). En el vídeo podéis ver lo lejos que llegamos la abuelita y yo.



A pesar de que aseguran que iban frenando todo el tiempo, logramos velocidades de vértigo, que incluso me daban un poquito de miedo (no se lo digáis a nadie, ¿eh?)

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