Después de todo el día de excursión, para relajarnos hemos ido a dar una vuelta en velero y ver la puesta de sol. Aunque el viaje duraba hora y media y papá y mamá creían que me iba a cansar, a mí me ha gustado mucho e incluso se me ha hecho corto.
Me ha gustado mucho ver los otros barcos tan de cerca o como la orilla quedaba muy lejos. También me ha hecho mucha gracia ver una gaviota parada en una boya en medio del lago.
Cuando ya volvíamos al puerto, me he puesto de pie al lado del mástil, he agarrado uno de los anclajes y le dicho que yo "aparcaba" el barco. Nadie me ha creído, pero al final el velero ha quedado bien aparcadito en el puerto y sin ningún rasguño. En la foto me podéis ver mi cara de concentración durante la operación.
31 de julio de 2008
Por
Laura
Navegando por el lago
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